De nuevo periplo ponencial. Esta vez Granada era la ciudad a la que debía acudir para soltar aquello que me había inventado. Bien. Total desorganización de la organización, así que me sentí reconfortada y desencorsetada. Casualmente, men-in green con los que había compartido mesa y mantel en Jaca se dieron también cita allí (menos mal que no fue el catalán guarro).
Empezó el viaje con emergencia por lluvias. El día de la salida estuvo lloviendo torrencialmente, y así es como recogí a Yorch en la puerta del mediamarkt tras la sobremesa. Compra nula. Recogimos a Henry Plus en la City of Justice y nos fuimos a buscar otro mediamarkt donde la compra fue más fructuosa: dos ordenadores portátiles que alojamos en el maletero de mi lucifer rojo (es el nombre del color de la carrocería que le da la casa al coche, y así se le ha quedado el nombre). Y así emprendimos el camio hacia Granada: lluvias y nieblas, saltarse un desvío, y conducir por una nacional con la sola compañía de una patrulla de la guardia civil, que no adelantamos porque la vimos demasiado aburrida como para dejarse adelantar. Bonita entrada nocturna-estilo-portal-de-Belén.
Sólo estuvimos dos noches en la ciudad de las tapas; cada cerveza, agua o coca-cola iba debidamente acompañada de una tapa caliente que te hacían al momento. Vamos, como aquí los cacahuets y les olives.
Yo acabé un poco harta por este tipo de comida-no-comida, y me estoy pasanda estos días con agua y verduritas (y lo bien que me sienta al cuerpo!!). Esta vez no volví con hernia de hiato ni tuve que tomarme el omeprazol. A mi buena salud ayudó el no comer comidas demasiado elaboradas.
La ponencia acabó y me sentí mucho más relajada. Y eso que tenía un poco de temor por si decía algo políticamente incorrecto en la sede de una fundación eeuuroaárrabee. Como se suele decir, no habían moros en la costa.
Otro aspecto curioso de la ciudad es el carácter universitario. Mucha gente joven por las calles y muchas chicas guapas. Aunque también habían jipiosos y yonkis por otros lados con su séquito de perros callejeros de aspecto mucho más saludable que el de sus amos.
Y aparte de las tapas, las teterías árabes son una gozada por la variedad de sabores y contrates y maravilllosos olores que desprenden. Toda una alegría para mi sensible sentido del olfato. De hecho, una de las opciones que me llevó a comprar el lucifer rojo es que tiene ambientador de serie con fragancias exóticas...para qué quiero yo retrovisores autoplegables teniendo un exhalador de fragancias!!!!
El último día visitamos la Alhambra aunque con la esperanza de que no quedaran entradas y no darnos el pateo y llegar a las tantas a casa. Pues si nos advirtieron que hay que recoger las entradas antes de las 8am para no quedarse sin ellas, fuimos a las 12.30 y habían...y sin hacer colas!!!!
Volví a visitarla, después de haberlo hecho hace unos 15 años. Los palacios nazaríes formidables, muy elaborados y recargados. Impresionantes. Queda pendiente otra visita al sur de España, más tranquila y sosegada.
Adjunto algunas fotos de la visita.
